Escrito por Gaby.
Ahora que faltan pocos días para la celebración del día de muertos (2 de noviembre), me gustaría platicarles sobre una tradición de mi México lindo.
Los altares u ofrendas del día de muertos.
Como introducción debo decirles que en la sociedad mexicana, el concepto de familia es muy importante..... y amplio.
Cuando nosotros nos referimos a "nuestra familia" no solo incluimos en ella a los abuelos, padres y hermanos; sino que este concepto abarca a tíos, primos y sobrinos de distintos grados... además de otros parientes muy lejanos e inclusive a personas que nada tienen que ver con los lazos de sangre (los compadres o tíos de cariño).
Estas personas participan activamente en nuestras vidas y con ellas forjamos lazos muy fuertes; nos apoyan en tiempos difíciles y comparten nuestra alegría en los buenos.
Por ello; cuando fallecen intentamos honrarlas.
Según las creencias populares, el día de muertos las almas de nuestros seres queridos nos visitan.
Y nosotros para demostrarles la alegría que nos da esa visita, los agasajamos con altares u ofrendas.
Básicamente los altares llevan los siguientes elementos:
* Una foto o retrato de la persona fallecida.
* 4 Cirios.
* Calaveras de azúcar.
* Veladoras.
* Incensarios e incienso.
* Una pequeña palangana con agua, jabón y una toalla.
* Una jarra y un vaso.
* Comida (la preferida del difunto).
* Bebidas alcohólicas (las preferidas del difunto).
* Pan de muerto.
* Adornos de papel de china.
* Flores.
Y * Ceniza de leña.
Sobre una mesa o tabla se acomodan los objetos anteriores:
La foto de la persona fallecida es para indicarle que el altar es en su honor.
Los cirios (sobre todo si son morados) son una señal de duelo.
Con la ceniza de leña se forma una cruz la cual va a ayudar a nuestro ser querido a proseguir su viaje (en el supuesto de que se encontrara en el purgatorio).
Las calaveras de azúcar son solo un recordatorio de que la muerte siempre esta presente.
Los cirios representan los cuatro puntos cardinales, de manera que el alma de nuestro ser querido pueda orientarse hasta encontrar el camino a casa.
La palangana con agua, el jabón y la toalla se ponen por si el ánima necesita lavarse las manos después de tan largo viaje.
La jarra con agua es para que se refresque los labios, resecos por el viaje desde el más allá.
Las bebidas alcohólicas y la comida son para que recuerde las celebraciones que disfrutó en el transcurso de su vida y decida visitar a los vivos.
El incienso sirve para que su humo limpie el lugar de malos espíritus y así pueda entrar el ánima a su casa sin ningún peligro.
Y las flores se usan para adornar el altar y para que su aroma haga sentir bien al difunto mientras dura la visita.
Algunos podrán creer o no en estas tradiciones, yo solo pienso que es una manera muy bonita de recordar a aquellos que se nos han adelantado en el camino.
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