Escrito por Gaby
El viernes pasado salí temprano de mi oficina y me fui directo a casa decidida a aprovechar el resto de la tarde pintando.
Al llegar a mi hogar; abrí el balcón de mi recámara, saque mi caballete y las pinturas y pasé cosa de dos horas concentrada en mi pasatiempo preferido.
Al cabo de ese tiempo, el maldito vicio me hizo regresar a mi recámara a fin de buscar un cigarro.
Y mientras estaba en eso, escuché como mi caballete de pintura se caía al suelo.
Intrigada volví a salir y lo primero que noté fue que en el suelo había un hoyo que antes no estaba.
Minutos después encontré al culpable de haberlo producido. Sí.... una bala perdida.
Que les puedo decir.
Estoy llena de sentimientos encontrados.
Por un lado me siento infinitamente agradecida con ese Ser Supremo que habita en las alturas por demostrarme (una vez más) que siempre cuida de mi.
Por otra parte estoy enojada con el "humano" que decidió "divertirse" tirando balas al aire, sin medir las consecuencias de tan estúpida acción.
Yo siempre había considerado mi casa un santuario de paz.... y ahora siento que este fue violado.
Las armas no son juguetes, las balas ocasionan tragedias.
¿Es acaso muy dificil de entender?.
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