LA MAZA Y EL VASCO

Puede parecer que este es el título de un relato que pienso mandar a El Mosquitero, pero no es así, ya mandé otro. Esto es mi opinión particular sobre el caso que más horas de radio, televisión y prensa escrita está teniendo estos días en nuestro país. Y es que por primera vez y harto de tanta opresión, violencia, coacción y disparo en la nuca, un ciudadano vasco ha tenido valor de levantarse, coger una maza y con un par de ellos bien puesto se ha tomado su venganza para poner las cosas en su sitio.

Sé que muchos que hayan escuchado la noticia dirán que toda justicia que se toma por la vía de la violencia dejar de ser justicia, estoy de acuerdo, pero también digo que cuando uno le están arruinando la vida y encima te encuentras en un estado de indefensión total, donde ni la justicia, ni la policía, ni si quiera tus gobernantes son capaces de proporcionarte la seguridad y para colmo los propios ciudadanos que viven a tu lado vuelven la mirada para otro sitio ante hechos como este, entonces piensas que si no te tomas la justica por tu mano, es posible que te aplasten.

Durante muchos años, los vascos están viviendo un estado de terror, que una panda de pistoleros asesinos y cobardes, que aplican el tiro por detrás y la carrera seguida, ha impuesto de manera dictatorial para su propio beneficio. Pero es que además cuentan con una parte de la clase política, que en vez de condenar su actitud les anima muchas de esas veces siendo la voz de estos hijos de perra. También se aprovechan del silencio del miedo de una “grandísima” parte de la población vasca, que en vez de ponerles la cara miran para otro lado, lo que provoca que estos se hagan más fuertes.

Pero tuvo que llegar un día en que un chaval harto de tanto miedo, de tanto "cagao" que protesta de ETA pero no tiene huevos de señalarle y cansado de que le quiten lo que con tanto esfuerzo construyó, su casa; coge una maza, se echa a la calle y le planta cara a los lobos.

El pueblo estos días le aplaude la acción, le dice basta ya, piensa que ha sido un valiente, pero el chaval se ha tenido que largar del pueblo porque no ha encontrado el apoyo vecinal, es más ha recibido amenazas y nadie sabe quien la puso, la Ertzaintza le detiene y en vez de protegerlo le pone a cara descubierta ante la prensa para que le saquen fotos y le graben, al contrario que hace con los etarras a los que protegen tras un pasamontañas o una chaqueta. Por ello me llega una duda y me pregunto:

¿Serán capaces de ser tan valientes todos los vascos? ¿Se enfrentarán a todos estos hijos de mala madre por una puñetera vez? ¿De verdad que lucharan por su libertad y el fin de la dictadura de ETA, demostrado la nobleza y la valentía de la que presume el vasco?

No quiero que la acción de este chaval se tome como la de un héroe, no lo es, seguramente fue fruto de una impotencia y un sofocón, no creo que las medidas personales sean las mejores y si es de forma violenta menos, no estoy de acuerdo con la violencia, ninguna, ni apruebo cualquier acto violento. Tampoco apruebo la coacción ni las amenazas, ni comprendo a los que la consienten.

Últimamente vivimos otro problema muy grave que es el de la violencia de género, en los anuncios se nos dice que quien silencia, no se opone, ni denuncia ese acto, es tan cómplice como el que lo ejecuta; pues bien, aunque me duela diré: Que aquel vasco que calla y no denuncia a los terroristas que coacciona y amedranta al pueblo, es tan terrorista como el de ETA.

No me gustan las dictaduras, tampoco los silencios ante las injusticias y repudio a los llorones, a esos llorones que acusan pero luego a la hora de la verdad no dan la cara para defender lo que es suyo y se convierten en “Pequeños Boabdiles” y es que a mí no me gustaría pensar que la sangre de algunos vascos son de “Boabdil el Chico”.

Ahora nada más te queda una: ¡calla o habla.!

Grrrr ¡¡ay oma!!

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